Sara Torres: Escribiendo nuevos párrafos en mi vida

Sara Torres: Escribiendo nuevos párrafos en mi vida
Les presento a mi familia

lunes, 24 de noviembre de 2008

Diferencia entre un simple intérprete y un músico católico

Alguien escribió en un grupo de músicos católicos sobre la diferencia entre un simple intérprete y un músico católico. Yo llegué a la conclusión de que los términos en sí mismos no nos definen sino que son nuestras acciones y nuestras actitudes las que determinan de qué estamos hechos. He aquí mi respuesta que quiero compartir con todos ustedes:

Estoy de acuerdo contigo en que hay diferencias entre el músico que vive y transmite el mensaje de salvación y el músico que simplemente ejecuta su don musical.

Si observas bien he llamado "músicos" a ambos. La verdad es que los términos son bien limitados. Los términos no nos definen bien. Me explico:

Según el diccionario Larousse INTÉRPRETE es: 1.Persona que traduce y explica a otras, en una lengua que entienden, lo dicho en otra que es desconocida. 2. Persona que interpreta un texto dramático. 3. Persona que interpreta una pieza musical o coreográfica. 4.Persona que da forma o realiza algo que está en el ánimo del otro: hacerse intérprete del sentir general.

Según estas definiciones, yo soy un músico e intérprete católico que traduce y explica a otros, en un "lenguage" que pueden entender el sentir del alma respecto a su Dios. 


Cuando canto hay una interpretación dramática y elocuente en los gestos de mis manos, el las facciones de mi rostro, en mi mirada, en la fuerza de mi voz o en su suavidad, según el mensaje que estoy cantando. Interpreto, dentro de lo dramático, una canción que es una pieza musical. La última definición de intérprete es la que más me gusta: Persona que da forma o realiza algo que está en el ánimo de otro: hacerse intérprete del sentir general. Despues de cada concierto, varias personas se acercan a mí o me escriben por e-mail que se sienten identificados con lo que me han escuchado cantar. Eso es ponerle a la música palabras que reflejan el sentir general con respecto a una relación con Dios.

Por esta razón es importante que el intérprete de música católica VIVA el mensaje que interpreta a los demás. Su sinceridad y su forma de vida aumentan la fuerza de su mensaje. Esto es dar testimonio de vida.

Desafortunadamente un intérprete católico puede ser muy bueno, musicalmente hablando, pero su vida no necesariamente refleja los valores cristianos.

Esto que te digo lo he observado por ejemplo en varios músicos litúrgicos que están cantando la misa, que talvez no pecan en pecados de impurezas, y se creen hasta muy santitos por ello pero que pecan horriblemente de orgullo, celos y envidia, por mencionar los pecados más obvios. Lo he vivido en carne propia, he sido el blanco de dicha lamentable situación.

Te recuerdo también que un "intérprete" es una persona que talvez no puede escribir sus propias canciones y entonces le toca interpretar las canciones escritas por otro músico católico que no puede interpretarlas porque no es cantante. El intérprete escoge aquellas canciones con las que más se identifica y es entonces capaz de interpretar con sinceridad el trabajo de otro.

Ahora voy con los "músicos" católicos. ¿Qué es ser músico? De nuevo recurro al diccionario:

MÚSICO: Persona que se dedica a tocar un instrumento musical o a componer piezas musicales, en especial si lo hace profesionalmente.

Si nos dejamos llevar por esta definición, un músico no es un intérprete. ¿Ah? Se quedó corta la definición pues no menciona a la "voz" como un instrumento. Sin embargo, sabemos que la voz es el instrumento musical más complejo y único que existe en este mundo. Único porque cada voz es distinta como cada persona es distinta.

Bajo esta definición, yo soy músico, pues toco la guitarra y canto con mi voz, compongo mis propias melodías y letras, y lo hago profesionalmente porque es lo que profeso de tiempo completo. Lo curioso del asunto es que no he tenido entrenamiento musical. Soy músico empírico por gracia de Dios.

Entonces soy intérprete y soy músico de la música católica. Las preguntas  entonces son: ¿Vivo mi fe? ¿Vivo los valores cristianos? Yo, en lo personal, se que trato con todo mi ser, pero el caminar cristiano es un proceso a veces lento, muy duro y difícil. Al comenzar en este ministerio yo estaba en proceso de re-conversión y sanación y cometí muchísimos errores, pecados de los que hoy me avergüenzo despues de haber tomado conciencia.

Hoy siento que Dios me ha dado la gracia para caminar más firme y segura en su amor. Hoy siento que camino en su luz. Los pecados del pasado son del pasado a menos que yo me aleje de Dios y vuelva a caer en ellos. Asi de frágiles somos.

Por estas razones siento que las palabras en este caso no nos definen bien. Nos definen nuestras acciones. "Las acciones hablan más fuerte que las mismas palabras" dice el dicho americano.

¿Cúal es mi consejo personal para los músicos e intérpretes católicos?

Seas músico o intérprete de música católica preocúpate por tener una relación personal con nuestro Señor Jesucristo que transforme tu vida poco a poco hasta que ya no seas tú quien vive en tí sino Cristo Jesús. Que aquél que te escuche se sienta inspirado no solamente por tu música y tu interpretación sino por tu manera de hablar, por tu caridad, por tu gentileza, por tu conducta, por tu generosidad, por tu humildad.

Me despido deseándote un día felíz en Cristo Jesús nuestro Señor y María Santísima, nuestra madre del cielo, Sara Torres

sábado, 22 de noviembre de 2008

Al encuentro del Amado en la Eucaristía

Todo el día de ayer, experimenté un profundo anhelo por nuestro Señor Jesús. Estaba bien ocupada, pero pensamientos sobre Él iban y venían, haciendo sentir a mi alma muy sedienta. He estado muy "ocupada" ultimamente. No le he escrito en el diario en muchísimo tiempo. No hemos tenido las conversaciones de madrugada, ni he ido a su casa a las tres de la mañana en mucho tiempo. He estado limitada a las Misas de los domingos y a la oración de gracias antes de cada comida.

La otra cosa es que me he encontrado a mí mísma teniendo muchas dudas e inseguridades, preguntas sin respuestas, gran preocupación por la manera que nuestro mundo es y la oscura dirección hacia la cual parece dirigirse, dejándome con un corazón afligido.

Entonces me doy cuenta una vez más que aquél que tiene fe en Jesús no puede subsistir sin ser alimentado por Él mísmo en la Presencia Real y su Palabra. Sin Jesús no hay alegría, no hay paz, no hay esperanza, no hay amor.

Esta mañana reflexiono y pienso en Él, en su Amor Eterno, y en su Eterna Presencia. Estoy muy felíz de poder ir a la Misa y poder estar con Él en la mayor intimidad posible. Jesús me ha hecho sentir una hambre y una sed que será mitigada en la Santa Eucaristía esta mañana. Es una Gracia que Él ha dado, no es algo que nace de mí. Los anhelos del alma son producto del trabajo del Espíritu Santo. Es la acción del Amado que apasionadamente busca y provoca a su amada con un guiño y una tierna sonrisa.

¡Estoy tan agradecida por eso! Esta mañana tengo una apreciación renovada por ese hermoso regalo eucarístico que tengo tendencia a dar por sentado demasiadas veces. ¡Que alegría! Jesús el que alimenta mi alma, viene a habitarme profundamente, tan intimamente, tan maravillosamente, tan milagrosamente.

¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

viernes, 21 de noviembre de 2008

Te extraño amado mío

Tu amistad es la más especial de mi vida.  Tu amistad es el amor perfecto y entrañable.  Tu amistad satisface el anhelo de transcendecia en mi alma.  Tu amistad le da sentido a mi vida, respuesta a mis preguntas, aclara mis dudas, fortalece mi autoestima.


Entonces, ¿porqué la descuido? ¿porqué esta distancia? ¿porqué este amargo silencio? ¿porqué me dejo atrapar por el día y sus afanes y no te busco y no te hago un espacio? ¿porqué es difícil ir a tu casa y sentarme frente a tí y contemplarte mientras le hablas directo a mi corazón?

Hoy te extraño tanto. Hoy me pesa mi falta de amor a tu amistad incondicional.  Me duele profundamente esta limitación que tengo para amarte.  De nada me sirve afanarme todo el día si no te tengo presente en mi mente y en mi corazón.  

Te extraño tanto que no puedo explicarlo.  Yo se que tú lo entiendes porque tu amor te hace ver más allá.  Tú no me juzgas.  Tú no me condenas.  Tú me comprendes.  Tu me aceptas con mis egoísmos, mis imperfecciones y mi indiferencia.  Tú simplemente me amas.  Tanto más me amas, como a mí me duele no poder corresponderte en igual medida.

Te extraño tanto que me comuevo hasta el tuétano y mis lágrimas son testigos de cómo languidece mi alma en este día, anhelando verte, estar contigo, sentir tu abrazo en ese mundo intangible del espíritu...tan cerca y tan lejos.

Te escribo porque hablar no puedo.  Te amo. Te extraño. Te necesito.  Ven y dame un consuelo aunque es ya un consuelo poder expresarte lo que hoy siento.

Nunca me dejes.  No permitas que me aleje tanto de tí. Búscame siempre como lo has hecho hoy.  No puedo despedirme en este instante sin agradecerte por este momento de apertura y desahogo compartido.  Estoy segura de somos muchos los que te extrañamos día a día. Ayúdale a nuestras almas a buscarte en tu Palabra y en la Eucaristía.

Mi amigo, mi Dios, mi Señor, bendito seas por tanto amor, bendita sea tu amistad incondicional.  Sigo andando por tí.  Sigo cantando por tí.  

Tuya siempre por el precio de tu cruz, Sara

miércoles, 12 de noviembre de 2008

PONDERANDO SOBRE LA MORALIDAD CRISTIANA Y SU INEFECTIVIDAD SOCIAL

Hola mis queridos lectores! Me han dado las cinco de la mañana y no puedo dormir.  Tengo muchas cosas en la cabeza y en el corazón.  La verdad que desde las elecciones en Estados Unidos, me he quedado medio muda.  Trato de entender la raíz de tanta ceguera colectiva.  Luego leo en el periódico católico estadísticas que lo dejan a uno frío en cuanto a la moral de la juventud católica de hoy y entonces medio entiendo nuestra ceguera colectiva.  


Luego me pongo a pensar en todas mis acciones equivocadas del pasado o mi falta de moral en dichas acciones. ¿Qué me pasó? Quize alejarme de Dios y vivir según mi propia voluntad.  Quize vivir siguiendo mis instintos.  Dejé de alimentar a mi espíritu con cosas espirituales y alimenté mi carne con sensualidades y posesiones ilusorias.  Busqué conocimiento que justificara mis acciones inmorales.  No protegí mi fe. No savalguardé mi fe.  Más bien la puse en peligro leyendo otras ideologías, otras creencias, otras costumbres paganizadas que medio justificaban mis palos de ciego y aplacaban infectivamente la voz de mi conciencia.  Cuando uno vive así, perdido entre las sombras no entiende las razones de la luz.  Cuando uno vive en la oscuridad por mucho tiempo, molesta, duele, y ciega la luz.

Antes de hacer más comentarios sobre moral, sobre la moral de la política, sobre la moral de la Iglesia, he buscado muy dentro mío...me doy cuenta que no soy mejor que otros, pero el problema real de mi dilema no radica en saber que NO soy mejor que otros, sino más bien en que me CREO mejor que otros y entonces me decepciona mi arrogancia, pues ésta misma me acusa de inmoral.  Aun arrogante y creída, tengo que humillarme con la verdad que duele delante del que quiera escucharme.

Por consiguiente, siento tristeza al descubrir en mí un alto sentido de la moral que probablemente idealizo, sueño, y deseo con vivir cada día de mi vida, pero a lo mejor ansío vivirlo no para realmente honrar a Dios, sino para honrarme a mí misma, para que los demás me tengan en alta estima.  Créanme que es incómodo no poder engañarse a uno mísmo y tener que aceptar tan pobre condición humana.  Ésta es Sara. No tengo forma de engañarme. Así es la inseguridad interior y la fragilidad humana que respira en mis entrañas.

El problema de ser moralista y legalista (además de caerle mal a media humanidad) es que me podría arrancar del corazón la preciada experiencia de la compasión de Dios hacia mi persona; me podría arrebatar la gracia de la misericordia de Dios; me podría cegar y lanzarme hacia un extremo duro y frío.  Esa no es voluntad de Dios.  Basta con leer en los evangelios, especialmente el de San Lucas, cómo Jesús trata a los Fariseos.  Tal véz éste es el aguijón, "verdadero delegado de Satanás, cuyas bofetadas [nos] guardan de todo orgullo" como dice San Pablo (II Cor 12:7).

¡Qué difícil es vivir la moral radical de Cristo que emana de su obediencia total, su humildad que es verdad, su casta santidad, y su misericordia infinita!

Por otro lado, siento que Dios es el que otorga el sentido de la moral a unos más que a otros. No para que nos consideremos privilegiados, superiores, o mejores.  A los que Dios otorga esa sensibilidad, les otorga también una grandísima responsabilidad y exigencia de vida.  Así como en la parábola de los talentos, al que Dios da más, EXIGE más. Además, no se puede olvidar que cuando Dios da los talentos, no son para servirse uno mismo de ellos sino para servir a los demás.  Le toca entonces al moralista y legalista usar sus dones para marcar el paso del pueblo de Dios como profeta de Dios. No para agobiarlo con acusasiones y prescripciones de la ley, sino para corregirlo y llevarlo a Dios con amor que le acepta tal cual es independientemente de su pecado.  Este camino es sin duda el calvario mismo, del cual uno se da cuenta hasta que empieza a tomar conciencia en su propia vida de lo que es vivir moralmente y compasivamente como Cristo.

Ética y moral cristiana es algo que nadie aprecia hoy.  A la moral nunca se le considera moderna. La moral siempre está pasada porque le pisa los callos a todo el mundo. Hoy en día se ridiculiza a la moralidad, se le desvalora, se le destituye, se le calumnia, se le evita. Para colmo, somos los moralistas propiamente los que le damos mal nombre a la moral cuando vivimos con duplicidad. Por eso para muchos entre más lejos nos vean de posiciones moralmente conservadoras o radicales, mejor estima nos tienen y se vive cómodo y felíz en lo que en Estados Unidos llamamos la posición políticamente correcta.  

Entonces ahora puedo decir que la moralidad del RESPETO A LA VIDA perdió una gran batalla en Estados Unidos este pasado 4 de noviembre.  Se hizo historia en muchos sentidos, pero es triste hacer historia al escoger a un candidato que no cede, ni cederá, según sus propias palabras, en su lucha por dar completa libertad a los aborcionistas del país.  

Es cierto que los políticos dicen muchas cosas y prometen muchas cosas para ganar votos, pero es triste escuchar a este candidato decir que lo primero que hará al subir al poder es firmar el Acta de Elección Libre (Freedom of Choice Act).  ¡Este hombre cree con convicción en la muerte a sangre fría de niños que sobreviven un aborto! ¿Es acaso humano dejar morir a un niño indefenso que lucha por la vida? ¿Acaso es humano ver a esa creatura abandonada en una mesa helada titiritar de frío, luchar por respirar mientras se ahoga en su propia sangre?

A los moralistas y legalistas Cristianos, Católicos Romanos 100% devotos a la doctrina, nos duele hasta el tuétano la decisión de la gran mayoría de votantes en nuestra tierra Norteamericana. ¿Matar legalmente es moral porque lo dicta la mayoría? ¿Mi libertad vale más que la del pequeño ser que no puede hablar por sí mismo(a)? ¿Cometer un error moral en la temprana adolescencia como fornicar  no merece el "castigo" de un bebé?  ¿Es el embarazo no deseado un castigo? o ¿una consecuencia natural de una acción irresponsable?  Dios es el único dueño de la vida.  Dios la da y Dios la quita. 

Luego nos dan el argumento de los embarazos a consecuencia de una violación sexual.  Indudablemente que el trauma de una violación sexual a una jovencita deja una herida profunda en el alma, la mente, y el cuerpo. Pero yo pregunto: ¿Porqué añadir otro trauma físico, sicológico y espiritual con el aborto?  Solamente el que ha vivido eso puede entenderlo.

Yo recibí el testimonio de una niña de apenas 14 años que era producto de la violación sexual que cuatro desconocidos perpetuaron en su madre destrozándola y a quien abandonaron en un sanjón de carretera, dándola por muerta.  La niña me decía con lágrimas en los ojos: "Amo a mi madre porque es el ser más generoso que he conocido por permitirme el don de la vida a pesar de su dolor.  Toda su familia le urgía que me abortara, pero mi madre prefirió darme la vida. Hoy soy su mayor orgullo y su alegría. Mi madre es la mujer más valiente que he conocido, y mi padre celestial es al único que conosco y eso me basta. Él es lo mejor que tengo en la vida".  

Me mueve el recuerdo de dichas palabras en una niña tan dulce y llena de fe y alegría.  El aborto causa muchas heridas, muchas más que la misma violación.  La adopción debería ser la opción por excelencia, conociendo cuántos padres hay que desean tener un hijo y no pueden; sin embargo, hasta la adopción hoy en día ha caído en manos burócratas que exigen pagos exhorbitantes, haciendo de algo humanitariamente necesario un negocio.

¿Porqué hemos llegado hasta aquí? ¿Porqué la economía es primero que la vida? ¿Acaso el dinero vale más que el respeto a la vida de una inocente creatura?  En este gran país que no conoce la pobreza económica del tercer mundo como el pan de cada día, tiembla ante la situación económica que se avecina y que ha sido provocada ni más ni menos que por el gasto desmesurado de una sociedad consumista y materialista que no piensa más que en su propio bienestar, comodidad, y conveniencia.  

Son los extremos y los abusos los que producen la necesidad de CAMBIO.  El socialismo y el comunismo son respuestas extremas a los abusos del capitalismo cuyo materialismo excesivo acompañado de indiferencia y apatía por los menos privilegiados infestan la sociedad con celo, envidia, codicia, avaricia, desconfianza, o resumidamente: resentimiento social.  Nosotros habitantes de la sociedad capitalista somos hipócritas cuando decimos creer en Dios, pero somos incapaces de ver el rostro de Dios en nuestros hermanos más necesitados.  Hacemos del dinero, del prestigio, del poder y el placer ídolos antes quienes nos rendimos inadvertidamente.

Las promesas del comunismo ciertamente son vanas.  NO ES UN CAMBIO EN EL CUAL EL CRISTIANO PUEDE CREER.  El principal presidente rojo de latinoamérica dijo que el comunismo y el cristianismo van de la mano. Dijo algo así como que el cristianismo era el comunismo perfecto. Son palabras tergiversadas.  El comunismo es ATEO, sin Dios.  El comunismo no cree en Dios. El ESTADO y su líder son SU propio Dios.

¿Qué se puede esperar del comunismo?  Solamente es una inversión de los roles.  "Quítate tú para ponerme yo, aun sin tener tu capacidad, tu entrenamiento o conocimiento".  "Ahora mando yo y tú te aguantas si no te gusta". "Ahora ya no me tengo que preocupar por quien me va a llenar el tanque de gasolina, ni por pagar la hipoteca de mi casa porque el nuevo gobierno lo hará..." y estas son las frases revolucionarias que se vuelven a repetir desde los tiempos nuestros más cercanos en la historia como la revolución francesa, la revolución Bolchevique, la revolución de Cuba, la revolución de Nicaragua, la revolución Venezolana, y la más actual será ¿la revolución norteamericana?...está por verse.

En el medio capitalista vivimos muchos cristianos sin hacer una diferencia en lo que a justicia social se refiere.  No somos luz de Cristo.  No reflejamos a Cristo.  Somos cómodos, egoístas, elitistas, oportunistas, hipócritas e individualistas.  La vida cristiana de verdad nos debe llevar a pensar en el otro, a preocuparnos por el otro, a luchar por mejorar las condiciones de vida del otro.  Hemos fallado...el cristianismo del mundo capitalista no es radical, es acomodado.  Mientras yo no sufra...no hay problemas; si me tocan mi sistema de vida entonces hay guerra.  Si viviéramos como lo manda el evangelio...no temeríamos a ningún comunismo u otra ideología humana.

"Señor, ¿a quién irémos? Tú tienes palabras de vida eterna." Juan 6:68

Bien claro es el evangelio:  "El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.  Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará.  ¿De qué le serviría a uno ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará para rescatarse a sí mismo?" Mateo 16:24-26

En este país que amo, hemos querido asegurar nuestro bienestar económico antes de sacrificarnos y vivir para defender la vida que es regalo de Dios. ¿La guerra?  La guerra la conosco en carne propia.  La he vivido. La he sufrido en el suelo que me vió nacer.  La guerra es producto muchas veces de los celos, la envidia, y el resentimiento social que despierta nuestro sentido amoral de la vida, nuestra injusticia social, nuestro elitismo, nuestro pecado social.  Al ser odiados y atacados ferózmente, nos vemos en la necesidad de defender nuestra vida a costa de la vida del ejército contrario y su pueblo.  El ser humano no aprende de su historia y vuelve a cometer los errores del pasado una y otra vez.  La guerra no tiene justificación ante los ojos de Dios que es amor y quiere lo mejor para sus hijos.  Sin embargo Dios ha tenido que librar una guerra contra el mal.  Esa guerra fue ganada a punta de SACRIFICIO PERSONAL...la muerte de Cristo en la cruz.  Esa guerra contra el bien y el mal sigue siendo nuestra pugna perenne.

No cabe duda que el orgullo nos ha llevado muy lejos...humus...nos espera.

¡Dios los bendiga!  Muchas gracias por leer.  En Cristo Jesús, su hermana, Sara Torres

lunes, 3 de noviembre de 2008

POR FAVOR, OREN POR NUESTRAS ELECCIONES AQUI EN ESTADOS UNIDOS

EL VOTO CATOLICO es extremadamente importante, pero sobre todo cuando es un voto consciente y basado en la fe que profesamos.  No podemos ser cristianos a medias tintas. Muchos oramos para que prevalezcan en este país nuestros valores cristianos.  Agradezco de antemano su acompañamiento espiritual a esta gran nación.


Le ama en Cristo, Sara Torres