Agradezco a Dios por los medios que permiten que el mensaje llegue lejos
Queridos hermanos:
Hoy me sorprendió mucho recibir un e-mail desde Budapest, Hungría. Un profesor de música retirado me escribió para decirme del valor que tiene para él la canción "Tentación". Hacia el final de su carta, me dice que ya la ha presentado a varias personas con la traducción literal al húngaro. Sin embargo, me pide la autorización para traducirla poéticamente. El piensa pedirle este favor a un amigo suyo que es poeta para hacerle la traducción lo más fiel posible al mensaje original que yo he querido transmitir.
No puedo explicarles cómo me sentí. Experimenté un tanto satisfacción personal y otro tanto una gran responsabilidad. Sin embargo, caí en la cuenta, casi llena de sorpresa, de lo lejos que se puede llegar por los medios de comunicación.
Caí en la cuenta de que poquito a poco, no solamente llegan las canciones originales que yo he producido, sino que ya hay canciones que han sido traducidas. La primera fue "Ahora que eres jóven" traducida al francés por una joven adulta haitiana que asistió a un curso de liderazgo de mi diócesis muchas lunas atrás. La segunda fue "Blanca y pequeña" traducida al portugués por una cantautora brasileña. La tercera, no en su totalidad, fue "Te necesito" traducida al italiano...éstas sin contar con las que ya tengo traducidas al inglés o escritas en inglés.
He recibido e-mails desde lugares tan impensables para mí como lo son Suecia, Polonia, Egipto, Kenya, Japón, y Australia todos por la canción "139th" que es mi adaptación personal del Salmo de David. Estas personas escucharon la canción por Radio Católica Mundial o por emisoras en línea. Talvez vieron algún video de las Hnas. Comunicadoras del Padre Celestial de Bucaramanga, Colombia. Talvez me vieron en el programa de Pepe Alonso, Nuestra fe en vivo (EWTN)...etc...etc...etc...
Realmente estoy agradecida con Dios por todos los medios que me ha regalado para hablar de su amor inefable con palabras y canción. Gracias a todos los medios que me han brindado un apoyo incondicional y que han hecho llegar esta música a muchos corazones con necesidad de Dios. Gracias a las muchas personas que me comparten sus testimonios de vida relacionadas con muchas de las canciones que han escuchado.
Escribir esto me pone en cierto dilema debido al orgullo inherente en mí... pareciera que me estuviera echando las "flores" que sólo le pertenecen a nuestro Señor. Por si las moscas pican (¡y sí que pican!) me pongo repelente pues no es mi intención jactarme o presumir de logros que realmente no me pertenecen. Este repelente para mi orgullo lo encontré en la Palabra de Dios.
Dios nos dice en Jeremías 9:23-24
Así habla el Señor:
Que el sabio no se gloríe de su sabiduría,
que el fuerte no se gloríe de su fuerza
ni el rico se gloríe de su riqueza.
El que se gloría, que se gloríe de esto:
de tener inteligencia y conocerme
Porque yo soy el Señor, el que practica la fidelidad,
el derecho y la justicia sobre la tierra.
Sí, es eso lo que me agrada,
—oráculo del Señor—.
¿Qué puedo decir entonces?
Que Sara no se gloríe de lo lejos que ha llegado su música.
Que Sara no se gloríe de lo corazones que ella cree que su canto ha tocado.
Que Sara no se gloríe de lo que ella cree que ha logrado en esta vida.
Que Sara no se atribuya dones que no le pertenecen....
TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, ME HA SIDO DADO DE DIOS.
¿Qué soy yo sino un frágil y desgastado instrumento que se desafina fácilmente cuando se sale de las manos del Maestro?
¿Quien soy yo sino una entre un incontable número de almas de Dios que es amada por Él como si fuera la única en su corazón?
¿A dónde podría ir yo sino al corazón del Dios amoroso y tierno de donde nací?
¿Cómo podría yo gloriarme de nada?
Ciertamente que estoy muy lejos, pero muy lejos de ponerme las sandalias del apóstol de apóstoles, pero es él quien me recuerda constantemente que si voy a presumir de algo, que presuma de la cruz de Cristo (Gálatas 6:14). Tristemente aun no puedo decir con San Pablo que he crucificado al mundo en mí y yo estoy crucificada para el mundo. Tiemblo solamente de pensar que tengo mucho camino que andar antes de atreverme a pronunciar esas palabras con aplomo, con autenticidad, con convicción, con hechos cada día más concretos...
¡Bueno, tampoco cabe desanimarse!!! El llamado a la Santidad es para todos por igual; la Santidad está al alcance de todos por igual pues la gracia necesaria para alcanzarla, Dios la derrama generosamente.
Por lo pronto, puedo decir que me glorío de una cosa solamente:
¡Me glorío de ser una alma profundamente amada por su Señor!
Que Dios nos bendiga y nos inspire a vivir el amor verdadero cada día de nuestras vidas.
Su hermana en la fe y el amor de Cristo, Sara Torres