Sara Torres: Escribiendo nuevos párrafos en mi vida

Sara Torres: Escribiendo nuevos párrafos en mi vida
Les presento a mi familia

lunes, 26 de marzo de 2012

La obediencia como respuesta de amor ante la infidelidad

Ayer que fui a misa a mi parroquia, el Padre Alejandro Flores dijo muchas cosas que fueron muy claras y fuertes.  Algo así como si nosotros no tenemos cambios radicales de actitud y conducta al final de la cuaresma, si no tenemos intención de dejar el pecado, de nada nos habrán servido los sacrificios, los ayunos, las confesiones, la eucaristía, los rosarios, etc, etc, etc.  Definitivamente, que así como el Padre Alejandro lo puso, si no hay el deseo sincero de un volver a Cristo...de nada nos sirve.  Bien lo dice el Señor que Él no quiere holocaustos y sacrificios sino un corazón contrito.

Al final, el Padre Alejandro nos recordó que seremos medidos en el AMOR.  Esto se me quedó como clavado en la cabeza pues un pensamiento que me llegó de inmediato y que viene de las Palabras de Jesús: "Si me aman, guardarán mis mandamientos" (Juan 14:15).  Así es que el amor a Dios va ligado a la obediencia; no en balde Jesús entrega su vida por amor en completa obediencia:

"Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, 
sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, 
y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo 
y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz" (Filipenses 2:6-11)

Vivimos en un tiempo tal vez no menos distinto de el de los primeros cristianos a quienes San Pablo dirigió sus cartas.  Es un tiempo en que se confunde el amor verdadero con un amor limitado, un amor que no conoce de sacrificios, un amor que no conoce de compromiso, un amor carente de la generosidad necesaria para ser duradero.  Un amor que no obedece al orden de Jesús y su iglesia.  La obediencia cristiana parece cosa obsoleta.  La obediencia a Dios y a la iglesia se ve como falta de conocimiento intelectual, falta de razonamiento propio, falta de pensamiento libre, falta de carácter; sin embargo, ninguna de estas "libertades" nos harán santos, ni no darán la vida eterna que esperamos en Cristo.

Nuestro orgullo y nuestro egoísmo nos ciega completamente, y el amor se convierte en una baratija.  El amor se convierte en aquello que me HACE FELIZ a mí.  Alguno dirá que no es verdad porque está convencido de que está con una persona porque quiere amarla, pero ¿porqué quiere amarla?  "Me hace muy felíz amarte".  ¡Qué escurridizo puede ser el amor verdadero! 

Sí, es bonito ser feliz amando, y en verdad ésta es la meta y la recompensa en una relación exclusiva.  El problema es que hoy en día se ha enfatizado mucho la actualización de sí mismo, el desarrollo personal, el encontrarse a sí mismo, el realizar los sueños, y el encontrar a la persona ideal con la cual me SIENTO bien.  A nosotros los cristianos se nos olvida que nuestra actualización personal está en la persona de Cristo y los preceptos que él nos ha enseñado. ¿A costa de qué y de quíenes estamos dispuestos a amar?  ¿Se le puede llamar amor a una relación fundada en el dolor de los demás?

Ahí está el meollo del asunto.  Cuando nos casamos, se supone que lo hacemos enamorados; de alguna manera sentimos química que funciona y nos enlaza.  Entonces pasan los años y damos por sentada la relación y dejamos de alimentarla. 

Luego vienen los niños y nos complicamos en horarios, finanzas, salud y muchas cosas más, aumentando el estrés en la relación de pareja.  Aquí es donde está el peligro.  La pareja se vuelve vulnerable.  Puede uno empezar a echarse en cara los defectos o tal vez los defectos se vuelven más obvios bajo presión.  Sabemos que las personas reaccionan de maneras distintas ante las presiones del hogar.  Lo natural en un matrimonio sólido es volverse el apoyo del uno y del otro.  Los actos pequeños de caridad mutuos se vuelven extremadamente importantes.  Tristemente, por experiencia propia y por la experiencia compartida con cientos de personas casadas, no es lo que sucede...

Vuelvo a reiterar que las personas reaccionan de manera distinta.  Sin embargo, hay una que tiene una consecuencia dolorosa y que acaba con muchos matrimonios y es la infidelidad.  Me atrevo a escribirlo porque conozco de manera personal los procesos por los que se pasa hasta llegar a una infidelidad física.

La infidelidad comienza sutilmente: una atracción inmediata de personalidad de la cual las personas involucradas no se han dado ni cuenta o no quieren admitir al principio la potencialidad del peligro que hay para su alianza matrimonial.  Empieza una amistad, un compartir, en el cual la afinidad de carácter va surgiendo.  Luego vienen el compartir de intimidades que deberían pertenecerle solamente a la esposo y la esposa, y comienza la infidelidad emocional.

La infidelidad emocional comienza a tomar forma cuando se confiesa la atracción mutua y la relación de amistad de trabajo, por internet, de algún club, hasta de un ministerio o grupo de oración que hasta entonces era pública, comienza a latir en secreto y se vuelve exclusiva. El secreto y lo prohíbido alimentan la pasión y la lujuria.  Desde ya esta infidelidad emocional es pecado mortal.  Jesús es muy radical en esto cuando nos dice:

"Han oído que se dijo: No cometarás adulterio. Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" Mateo 5:27-29

Las personas involucradas empiezan una lucha interior horrible porque probablemente son muy buenas personas con principios y valores morales en los que creen firmemente.  La tensión emocional crece día a día y las personas involucradas comienzan una vuelta interminable por una montaña rusa llena de grandes subidas y bajadas.

Un día se es completamente feliz y pleno...y al otro se es una persona deprimida, amargada, y hasta agresiva.  La pareja no tiene la menor idea de lo que le pasa a su cónyuge.  Si éste(a) trata de acercarse o "ayudarle", empeora las cosas pues la persona infiel se siente además miserable por engañarle injustamente.  Por otro lado, hay una inmensa necesidad de achacarle al cónyuge toda clase de defectos y culpas para poder justificar nuestro engaño...

Me deprimo escribiendo estas verdades.  Tantas veces que pensamos que la grama del vecino es más verde que la nuestra.  Como dice una psicóloga "Nos parece más verde y mejor porque no tenemos que cortarla ni darle mantenimiento".  Por ésta razón pienso que se confunde la realidad con la fantasía.  Una vez que se vive con la persona de sus "sueños" uno se despierta como cuando se despertó después del matrimonio descuidado.  Tal vez la diferencia es que en las segundas nupcias se trata de corregir los errores del pasado, pero si se vuelve a caer en lo mismo es terrible, pues la sensación de fracaso es estrepitosa y se añora el amor primero. 

Sin embargo, muchos ocultan el descontento por orgullo y viven una agonía peor que la primera.  Las estadísticas se han mantenido por más de 50 años (después de la liberación de la mujer en los años 60-70's).  El 75% por ciento de las personas que se casan con sus amantes terminan en divorcio.  El 25% que se mantiene es porque el primer matrimonio realmente carecía de vida o había alguna clase de abuso físico o emocional, el uso de drogas o alcohol, pornografía y otras aficiones o adicciones que destruyeron la relación.

Antes de tomar una decisión tan delicada como es la de irse a mantener la grama del vecino, hay que reflexionar profundamente.  Sin embargo, eso requiere un distanciamiento considerable para ver las cosas con objetividad.  El razonamiento nos ayuda a sopesarlo todo con gran certeza, pero las emociones a veces nos traicionan y nos vencen. 

La única forma de controlar las emociones es cortando de tajo con la relación extramarital y alimentar la mente y el alma con lo transcendente y eterno.  Bien nos los dice Jesús en el verso que sigue:

"Sí, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna..." Mateo 5:29

Estas emociones que nos atrapan y nos encadenan muchas veces son producto de los químicos que nuestro cerebro dispara a nuestra sangre y los cuales son altamente adictivos...pero ese es tema para otro día.

Me despido con una pregunta:  ¿Se puede salvar el matrimonio a pesar de no sentir el más mínimo deseo por hacerlo?  Si alguien tiene una respuesta, por favor compártala por este blog.  Nos hace falta escuchar más seguido los testimonios de amor de las parejas casadas felizmente. 

Ánimo a todos y que Dios los bendiga grandemente, guarde sus almas, y proteja a sus familias.

Les ama en Cristo Jesús, Sara Torres

martes, 21 de febrero de 2012

PURIFICACIÓN CUARESMAL

Queridos hermanos,

Les saludo por primera vez desde el mes de Septiembre.  En el mundo de la comunicación dejo mucho que desear pues he estado totalmente desconectada.  Tengan por seguro de que mi silencio tendrá sus frutos a su debido tiempo.  Ni yo misma sé lo que está por venir.  Solamente puedo decirles que las oraciones de muchos de ustedes me han sostenido.

Estamos ya bien entrados en este año y ya mañana comenzaremos ese período litúrgico tan maravilloso que es la Cuaresma.  Es un tiempo especial para mí.  Es mi oportunidad de purificar mi vida.  Es mi momento para afianzar mi compromiso con Dios y con mi familia.

Purificación

La purificación ha sido, la mayor parte del tiempo, una experiencia dolorosa para mí pero necesaria, especialmente si quiero seguir los caminos de fe que Jesucristo me ha propuesto.  La purificación destruye en mí aquello que no glorifica a Dios y es tanto muchas veces que duele hasta el tuétano.  La purificación me exige dejar apegos, abandonar afectos dañinos, analizar situaciones, razonar en Espíritu y verdad, romper cadenas de pecado, tomar decisiones que no siempre son las más fáciles.  La purificación implica un cambio de vida radical…. Cambio de vida.  Conversión.  Creer en el Evangelio. Volver a casa.  Reconocer mis faltas humildemente.  Pedir perdón con corazón sincero y contrito.  Hacer enmiendas. Confiar y disfrutar la Misericordia de Dios.  Volver a comenzar.  Reestablecer la alianza. Esto me invita Dios a vivir en esta Cuaresma.

¿Dónde he estado en los últimos meses?

He estado tratando de poner orden en mi casa.  He estado tratando de deshacerme de cosas innecesarias.  He estado tratando de simplificar en lo más posible mi hogar.  Debo de admitir que por muchos años mi hogar, mi casa, ha sido reflejo de todo el tumulto de cosas acumuladas en mi corazón.  El desorden produce confusión, pereza, desdén, fatiga, depresión…y quien sabe que otras cosas más.  Asi es que he estado enfrascada en la transformación de mi casa, esperando que ésta transformación pronto se refleje de alguna manera en mi persona.

¿Qué me ha llevado a este deseo de cambio?

En mis últimos viajes de evangelización tuve acceso a los medios de comunicación de radio y televisión, y los radioescuchas podía llamar y hacerme preguntas.  Una pregunta que fue constante es la siguiente: “¿Cómo hace Sara para balancer el ministerio y el hogar?”  Yo fui sincera en mi respuesta: “Hasta la vez, el hogar está sufriendo.” Esta pregunta y mi respuesta ha resonado fuerte en mi corazón.  No puedo seguir huyéndole a mis responsabilidades domésticas.  Dios me ha llamado a vivir el Evangelio “en las cosas pequeñas de la vida.”  Puedo decirle a Dios: “Señor, ayúdame a cambiar y mejorar mi hogar.”  Luego solamente me queda tener la disposición de comenzar a trabajar fuerte en pos de esta meta.

Cambiando de tema quiero decirles que para Navidad el año pasado mi sobrino Richard Torres fotografió a mi familia.  Tenía pensado compartir las fotos como un saludo navideño, pero no pude con el tiempo.  De todas maneras les mando la presentación para que conozcan a mi familia y para los que ya la conocen, para que vean cúanto han crecido mis hijos.  Una aclaración importante:  Yo no estoy embarazada.  Tengo un hernia umbilical que necesita operación, pero aun no he logrado recaudar los fondos para llevarla acabo.


Bien, ya es casi la hora de despertar a mis niños.  El más pequeñito empieza hoy a ir a la escuelita de cuidado infantil.  Me pregunto cúal será su reacción hoy. 

Me despido pues con un fuerte abrazo, deseándoles siempre muchas bendiciones.  Con mucho afecto, Sara Torres

domingo, 4 de septiembre de 2011

Entrevista en "Nuestra fe en vivo" con Pepe Alonso

Muy queridos amigos y amigas míos, estoy un poco atrasada con mi blog.  Aun estoy preparando mi compartir sobre la Jornada Mundial de la Juventud.  No se preocupen que no es testamento.  Llegando el 23 de agosto de España, no había acabado de desahacer maletas (pues se quedaron paseando en París y me llegaron 4 días más tarde) cuando ya tenía el domingo 28 que volar para Birmingham, Alabama para la entrevista con Pepe Alonso en su programa NUESTRA FE EN VIVO.

En el programa he lanzado oficialmente (por televisión) mi nueva producción PUNTO Y APARTE.  He cantado cuatro canciones: "Testimonio", "Te encontré", "Si escoges la vida" y "No rompas tus alas".  Terminó el programa con una canción que le escribí a mi esposo y que por fin está grabada como un "bonus track" en dicha producción. La canción se titula sencillamente: "Yo te amo".

Pepe como siempre muy ameno y recordándome los días pasados de mi juventud...y hablamos mucho de nuestra maravillosa experiencia en la JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD.  Pueden ver la entrevista por YOUTUBE.  Aquí el enlace: http://youtu.be/GPOQ1Umvk-s

Con motivo de mi nueva producción Yeshica Yanes de YesArt Media, me ha estado desarrollando un nuevo concepto para mi página electrónica.  Pueden visitarla ya aunque no esté completamente terminada: saratorres.com

También recuerden que me encuentran por facebook en: http://www.facebook.com/saratorresmusic

Muy pronto compartiré con ustedes fotografías y anécdotas de la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011.

Dios los bendiga!!!!! Con cariño, Sara Torres

P.S. Estaré en Choluteca, Honduras los días 16 y 17 de septiembre. Pasen la voz.



viernes, 22 de julio de 2011

JMJ MADRID 2011 - Cerca de la recta final

Queridos todos:

Les comento que ya he recibido noticias sobre mi participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid en el mes de agosto.  Sin embargo, los costos que hay que cubrir están fuera de mi alcance por ahora.  El día de hoy es la fecha tope para dar una respuesta.  Yo sigo esperando en el Señor.  Me encomiendo a sus oraciones para que llegado el momento de recibir una notificación de cancelación no me deprima tanto y que si me llega la notificación de un milagro no me dé un ataque de euforia sino que se acreciente mi fe.  :)

Gracias por todo su apoyo.  Dios los bendiga grandemente.

En Cristo Jesús y María Santísima, Sara Torres

jueves, 7 de julio de 2011

Jornada Mundial de la Juventud - Madrid 2011

Queridos todos:

Quiero compartirles que el proceso de selección para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ha sido bastante largo.  Yo no me puedo quejar porque empecé los trámites hasta la mitad de enero del corriente; sin embargo, debido a este proceso, he ido dejando muchas cosas para última hora.  Por otro lado, me siento muy desconectada del barullo que se está formando porque no tengo tiempo para navegar en la red y mantenerme al tanto.  Además, la mayoría de mis amigos (si es que todavía los tengo) no están involucrados como yo en esto de la evangelización de la juventud.

Tengo mucho que hacer antes de partir a España.  Tengo que preparar un retiro para jóvenes que tomará lugar en Bonham, Texas el 23 de este mes de julio.  Hay que dejar todos los pagos hechos.  Hay que dejar a los niños listos con sus uniformes y útiles escolares pues regreso un día después del primer día de clases.

En cuanto a mi participación en la JMJ, aún no se dónde voy a cantar, ni el día, ni la hora.  Para decir verdad, ni siquiera sé si voy a poder pagar el alquiler del escenario.  Ese es el único pendiente que tengo.  Una vez que se terminen las negociaciones con los alquileres de los locales, podré entonces ser notificada... ya solamente quedan 40 días...y estoy empezando a sentirme con los nervios de punta.

Pueden por favor sostenerme en sus oraciones.  Para ser específica, necesito que Dios bendiga mis finanzas y me las multiplique.  Que Dios bendiga este viaje a España pues no tengo idea de cómo va a salir todo eso.  Estoy cansada...bueno es que no he dormido!!!

Me voy a dormir que son las 4:50 de la mañana y no he pegado el ojo con tantas cosas por hacer y que no termino....

Cuento con las oraciones de las seis personas que leen mi blog.  Cariños, Sara

lunes, 9 de mayo de 2011

¡Felíz día de las madres a todos!

¡Felíz día de las madres a todos los que han sido hijos! Felíz día a todas las mamás que han dado a luz y a las que aún esperan.  Felíz día a todas las que sin haber podido dar a luz han sabido amar maternalmente.  Felíz día a las que renunciando a una familia han entregado su amor de madre en la consagración a Dios.  Felíz día a toda mujer que ha abrazado y dado la vida en sus muchísimas formas.  Felíz día para la mejor de todas, la madre de Dios, nuestra Madre María Santísima.

Confieso que no soy muy partidaria de todas estas celebraciones “artificiales” y “comercializadas” que tenemos hoy en día.  Mi madre me enseñó que el día de la madre o del padre es celebración de todos los días. 

El cuarto mandamiento de la ley de Dios dice: “Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahvé tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas felíz en la tierra que Yahvé tu Dios te da” (Deuteronomio 5:16). Si nos fijamos bien, como nos enseña San Pablo en la carta a los Efesios 6:23, es el único mandamiento del decálogo que al cumplirse tiene como consecuencia una promesa específica, una bendición, un premio: “...se pronlonguen tus días y seas felíz”.

Honrar a padre y madre no es solamente apartar un día del año, comprar flores, buscar una tarjeta, comprar una joya u otros regalos caros, ir a un restaurante, o echar la casa por la ventana.  Todas estas cosas que hacemos para el día de las madres son solamente el “merengue” en el pastel (the icing on the cake).  Así como el merengue “adorna” bonito, no necesariamente garantiza que la torta sea de buena calidad.

Honrar es una forma de corresponder al amor recibido de los padres; por lo tanto, hoy, día de la madre, me he hecho muchas preguntas que también conciernen a los papás.  Me he preguntado lo que significa honrar en todo el sentido de la palabra.  Buscando la palabra en el diccionario comprendí que la honra de alguna manera requiere ser “merecida”; consecuentemente, la honra es también un acto de reconocimiento a las virtudes, valores, o metas alcanzadas.  Entonces he llegado a la conclusión de que al mandarnos Dios a honrar a padre y madre, nos ha mandado a reconocer las buenas obras, las buenas enseñanzas, los sacrificios, los valores, la estima, el afecto, el respeto, y la educación que nos han brindado nuestros padres. 

Dios, como siempre, no nos exige dar más allá de nuestras posibilidades.  Sin embargo, hay que dar el ciento por uno dentro de esas posibilidades —recordemos la parábola de los talentos. Esta iluminación intelectual (nada que ver con la mística) que he recibido hoy como un regalo, lo comparto no con la idea de demostrar a nadie que yo soy una madre excepcional.  Al contrario, pienso que no he sabido ser mamá y muchas veces me he sentido incapaz de llevar acabo la tarea encomendada por Dios.  
Perdonen la longitud de esta reflexión y la constante digresión o desviación en su desarrollo.  En lo personal espero que ella me lleve a estudiar un poco más el asunto y que éste me ayude a mejorar a mí y a mi esposo en la crianza de nuestros hijos dentro de un hogar católico practicante.

Realmente solo deseaba felicitar a todas las madres por los medios de red social, pero ya ven, Dios me ha llevado a cuestionarme seriamente sobre la crianza y educación de mis hijos. 

Siendo la familia la primera célula de la sociedad (Catecismo de la Iglesia Católica N°2207), tenemos una inmensa responsabilidad en la crianza de nuestros hijos para el mejoramiento del orden moral y cívico de nuestra sociedad. Nuestros hijos conformarán los líderes del mañana.  Como cristiana yo quisiera que mis hijos fuesen personas de provecho en un futuro.

Entonces, me pregunto: 

•¿Puede acaso honrar a sus padres un hijo que no ha sido amado o respetado por ellos?

•¿Puede acaso honrar a sus padres un hijo que ha sido abusado, maltratado, denigrado, aplastado, oprimido, o explotado?

•¿Puede acaso honrar a sus padres un hijo al que se le ha permitido todo, tenerlo todo, y esperarlo todo de ellos sin límites para que no molesten?

•¿Puede acaso honrar a sus padres un hijo al que se le negó la atención, al que por indiferencia no se le exigió nada ni se esperó nada de él? 

•¿Puede acaso un hijo honrar a sus padres si éstos le negaron el cariño, el afecto, y el interés y que para llenar sus vacíos afectivos le llenaron de “juguetes” o simplemente se conformaron con su “presencia” ausente?

•¿Puede acaso un hijo honrar a sus padres al ser descuidado, olvidado, abandonado, despreciado, o rechazado?  

Mucho hay de esto en el mundo de hoy.  Demasiado, diría yo, pues cuando voy en mis giras, escucho el clamor de dolor de tanta gente herida. Sin embargo, soy testigo de que muy a pesar de todo, existen hijos que han perdonado a sus padres y han alcanzado la paz interior y la sanación. Sin proponérselo, en el silencio, con esa actitud compasiva y misericordiosa hacia sus padres, estos hijos les están honrando y a la vez honran a Dios.

Nos han enseñado primordialmente que honrar es una forma de amar que se manifiesta primeramente en el respeto y la obediencia hacia la autoridad, en este caso, la autoridad de los padres.  ¿De qué clase de “autoridad” estamos hablando?  Cuando escuchamos decir la palabra “autoridad” hoy en día, hay una tendencia a reaccionar negativamente ante ella, pero es que hay motivos, hay pasado, y existen hechos.

Cuando tomé un curso electivo en mis años universitarios sobre la crianza de los hijos, no soñaba siquiera con tener una familia y mucho menos pensaba en cómo iba a criar a mis propios hijos si es que llegara a tenerlos.  De la única cosa que estaba segura es que yo no quería educarlos gritándoles o pegándoles.  No quería criarlos de manera que me tuvieran miedo.  Yo sabía que deseaba que mis hijos se sintieran seguros de mi amor, de mi ternura, y mi afecto.  Sabía que tenía que disciplinarlos, pero no tenía idea cómo.  Hoy tengo ideas...pero debo de admitir humildemente que tengo grandes dificultades criando a mis hijos sobre todo en el campo de la disciplina y la consistencia de la mísma.

En ese curso aprendí de cuatro estilos de crianza: Autoritaria, autoritativa, permisiva, y desinteresada.  Yo conocía por experiencia propia la autoritaria.  Que yo sepa, creo que es la más común en nuestra cultura hispana.  En este estilo de crianza, el padre impone su autoridad, exige mucho del hijo, hay un alto grado de control, y no se toma en consideración la opinión del hijo.  Subsecuentemente, puede suscitar el abuso del hijo en cualquiera de sus formas—verbal, emocional, sicológica, y física. El hijo se puede sentir amedrentado o temeroso, pero también puede volverse muy rebelde. 

Debido al impacto que tiene la crianza de los hijos en la sociedad, se me ocurrió comparar estos estilos de crianza con los estilos de gobiernos más comunes hoy en día.  Si éste estilo de crianza autoritario se compara con un gobierno, éste sería una dictadura totalitaria, independientemente de su tendencia o ideología política. 

El estilo de crianza con el que yo había soñado sin saberlo hasta ese entonces era el autoritativo.  En esta forma de criar hijos, los padres toman en cuenta la opinión o los sentimientos del hijo, pero existen delimitaciones claras, responsabilidades, y exigencias dentro del hogar.  Los padres explican las consecuencias naturales al pasarse de dichos límites.  Con mucho respeto, con amor, se corrige al hijo y dentro de ese marco, el hijo asume las consecuencias de sus actos con cierto grado de resignación si piensa que es lo justo.  Si piensa que no es justo, tiene la libertad de hablar, de expresar sin grandes temores lo que piensa.  En el diálogo, a mucho se llega.  El hijo tiene la oportunidad de aprender de sus errores y crecer como persona madura y responsable. 

Si este estilo de crianza se compara con un gobierno, éste sería la democracia.  Cabe considerar que entre los errores más comunes de los hijos de padres autoritativos están el abuso de la confianza al tratar de probar los límites en cada oportunidad.  De igual manera hay abusos e hipocrecía en los gobiernos democráticos.

Los dos estilos de crianza arriba mencionados se consideran positivos en el sentido que los padres están interesados e involucrados en los asuntos de sus hijos.  Éstos contrastan con los siguientes por esa falta de participación en la vida de los hijos.

El estilo de crianza permisiva y la desinteresada no las encontraba posibles en mi persona; sin embargo, hoy que tengo cuatro hijos, me doy cuenta que estos dos estilos se deslizan sutilmente en la familia; en lo mejores de los casos, ésto podría ser como resultado del cansancio extremo, que sufren los padres que trabajan horarios difíciles, o a la ansiedad provocada por la necesidad económica.  En el peor de los casos, sucede porque realmente no les interese hacerse responsable de los hijos y el futuro que les espera.  Aquí hay negligencia e indiferencia.

Tristemente lo más típico de estos estilos de crianza se manifiesta en hijos que ven televisión excesivamente, navegan el internet indescriminadamente, viven inmersos en mundos virtuales de juegos de video a niveles extremos y otros se desasocian del resto del mundo vía iPod.  Estos son los hijos de la tecnología del tercer milenio.  Podemos encontrar fácilmente a esta generación contemporánea en países desarrollados, pero tristemente los países tercer mundistas faltos de lo básico para vivir dignamente, sacrifican mucho por dicha technología.

La sed de poseer bienes materiales de esta clase (codicia o avaricia, pecados obvios de una sociedad consumista, materialista, y capitalista) seduce a muchos a vivir de la desmoralización, corrupción, y perversión de la sociedad (tráfico de droga, prostitución organizada, producción y venta de pornografía, trata o tráfico de personas —antes conocido como trata de blancas—explotación de la clase obrera y campesina, etcétera).

Estos dos estilos de crianza tienden a producir personas acomplejadas que no se adaptan bien dentro de la sociedad; también, pueden llegar a criar personas majaderas, haraganas, irresponsables, rebeldes sin causa, antisociales y hasta delincuentes.

Ciertamente, el estilo permisivo y el desinteresado son tierra fértil para lo negativo aunque, indiscutiblemente, ésto puede darse en los otros estilos de crianza pues al final la diferencia está presente en la manera particular de reaccionar o actuar de cada individuo.  De igual manera, no es la regla que todo sea negativo en los estilos de crianza crianza permisible o desinterasada. 

Si estos estilos de crianza (permisible y desinteresado) fueran gobiernos podrían compararse a un gobierno liberal, capitalista, y paradójicamente democrático,  a un gobierno revolucionario rayando en Marxismo (no necesariamente Leninismo o comunismo pues creo que el Marxismo es una respuesta casi natural a la opresión de dictaduras o imperios materialistas y capitalistas, indiferentes a las necesidades de la clase obrera o de los más pobres; el comunismo, por lo poco que yo he experimentado de él, es una forma de gobierno que vuelve al principio, donde el estado se vuelve el dictador totalitario de la nación).  En el caso extremo, el estilo de crianza permisivo puede compararse a la anarquía que básicamente rechaza toda clase de control o existencia de cualquier tipo de  “gobierno”.

•¿Qué pasa hoy que los hijos no respetan a los padres?
•¿Porqué nos contestan mal? 
•¿Porqué nos alzan la voz a la menor provocación?
•¿Porqué cuestionan nuestros razonamientos? 
•¿Porqué se empeñan en discutir? 
•¿Porqué se empurran cuando se les pide un favor?
•¿Porqué no nos obedecen inmediatamente cuando les mandamos algo? 
•¿Porqué se sienten abusados al ser corregidos o disciplinados?
•¿Porqué todo lo que uno les da lo consideran un derecho en vez de un privilegio?

Esas son mis preguntas personales, pero creo que tengo que analizar a profundidad lo que estoy haciendo o no estoy haciendo en la crianza de mis hijos.  Sé que debo de cambiar de estrategia.  Sé que debo informarme mejor.  Sé que debo de aprender mucho y que tal vez falle muchas veces en el intento.Sé que criar hijos no es nada fácil y requiere de mucho sacrificio personal.  Dar a luz a los hijos es verdaderamente fácil en comparación a criarlos y educarlos.

Mucho hay que pedir a nuestro Padre celestial y a nuestra Madre María Santísima por su ayuda para hacer de nuestros hijos, personas honorables y practicantes de su fe.  Líderes que cambien el rumbo de egoísmo, decadencia y destrucción por el que parece ir hoy la humanidad.  Entonces y solamente entonces, honraremos a nuestros padres y tal vez en un futuro no muy lejano seamos honrados por nuestros hijos.

Madres queridas, que Dios les bendiga grandemente en sus familias, iglesia doméstica y esperanza del mañana.  Que Dios continúe dándoles las fuerzas necesarias para vivir el amor en la simplicidad, en el entregar el corazón de día a día, en el agradecimiento y el regocijo de las cosas pequeñas de la vida.

Fraternalmente en Cristo, Sara Torres

“Relación entre la honra de los padres y la crianza de los hijos”
Escrito por Sara Torres y publicado en su blog.
Miami, domingo 8 de mayo, 2011


Fraternalmente en Cristo, Sara Torres

miércoles, 4 de mayo de 2011

Domingo de la Divina Misericordia

Queridos hermanos:  Este fin de semana que pasó fue muy intenso para mí.  Como algunos ya saben, estuve en un congreso de mujeres en Falls Church, Virginia.  Ahí escuché unas prédicas muy prácticas, muy claras, y muy renovadoras.  Todas éstas a cargo de Monseñor Willie Peña de Puerto Rico.  Creo que habían más de 300 mujeres en ese lugar.

El Espíritu Santo dirigió todo desde el momento en que ideó que Monseñor y yo estuvieramos ahí, pues el mensaje que el Señor me ha encargado iba muy de acuerdo con todo lo que ahí se habló.  En este sentido me sentí muy contenta de ser su instrumento.

La última charla de Monseñor, me mostró muchas cosas que no andan bien en mi vida.  La vida del hogar, del matrimonio, de los hijos, no es fácil para mí y sé que no estoy sola en este departamento.  Me dí cuenta de lo desordenado que está el mundo en ésta área.  Yo pensé que solamente era yo.  En parte me ha asustado darme cuenta que es una crisis generalizada.  Me dí cuenta de cúanto daño nos ha causado el enemigo en este campo de la familia, especialmente a nosotras las mujeres. Cómo sería el impacto de la última charla de Monseñor que no me sentí preparada para recibir la Comunión, y esto me entristeció mucho.

Por la noche hice un examen de consciencia...sabía que al día siguiente, Domingo de la Divina Misericordia y día de la Beatificación de nuestro amado Papa Juan Pablo II, sería un día donde se derramarían muchas gracias.  Yo he pedido la mía a Dios y he pedido la intercesión del ahora Beato Juan Pablo II.  Hice mi confesión antes de entrar en la Santa Misa, y con el corazón esperanzado y renovado, en paz y gozoso, recibí a mi Señor en la Eucaristía.

Sin mi Señor, yo no soy nada.  Todo mi ser está marcado por su amor.  Por eso, cuando le fallo, me duele aunque a veces tristemente me duele más el orgullo propio...esto es más difícil de confesar.

La mayoría de las veces quiero hacer todo por mi cuenta y por mi propio esfuerzo.  Sin embargo, una y otra vez tengo que volver al Señor y darme cuenta como Santa Teresita del Niño Jesús que "todo es gracia" recibida de Dios.  Es su infinita Misericordia la que nos mantiene cerca de su corazón.  El orgullo, raíz de todo pecado, nos impide recibir las lluvias de Gracia de esa fuente de misericordia que es el corazón de Cristo.

Creo profundamente en la Misericordia de Dios.  Por esa Misericordia es que me atrevo a trabajar para Él en el ministerio de Evangelización.  No hay que esperar a ser Santos para servirle; el servicio entregado y sincero es el que nos santifica a pesar de nuestras caídas. 

No hay que esperar a ser perfectos en el sentido humano pues eso es una carga impuesta por nosotros mismos los hombres.  La perfección del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo está en la comunión del Amor....y el amor es algo que podemos ejercitar todos los días en los pequeños gestos que tenemos para todo aquel con quien entramos en contacto. No es fácil esta perfección en el amor, pero tampoco está lejos del alcanze de un corazón enamorado de su Señor Jesús.

Para poder amar de verdad, hay que amar con el amor de Cristo.  Para ser compasivos, hay que recibir y honrar la compasión que Cristo nos ofrece desde su corazón.  Para ser misericordiosos, hay que confiar en el don infinito de la misericordia derramado en aquella cruz y estar conscientes de que lo hizo por mí como individuo.  Cuando peco, cuando vivo en pecado, cuando soy incongruente, aun ahí en ese momento obscuro, en ese momento de tinieblas, está presente la Divina Misericordia para traerme a la luz.

En mi experiencia de vida, el único impedimento para recibir y experimentar la misericordia de Dios es el orgullo.  Para pedir misericordia, hay que estar conscientes de nuestras culpas, asumir humildemente las consecuencias de nuestras acciones equivocadas, y aceptar el querer volver a empezar.

Después de este arrepentimiento/reconciliación con Dios, se debe tener presente que posiblemente volveremos a caer y a veces en lo mismo.  Por lo tanto, nuestra necesidad de Misericordia debe estar siempre presente y esperarla siempre en un espíritu de infinita gratitud ante Dios.

Se me acabó el tiempo.  Es hora de despertar niños para ir a la escuela.  Que el Señor les bendiga.  Es mi mayor deseo que muchos de ustedes hayan recibido las gracias que han pedido este pasado domingo tan especial.  Un abrazo fraterno a todos, Sara